miércoles, 5 de diciembre de 2012

El clima esta cambiando

El clima está cambiando en todo el planeta y ello ya se evidencia en Uruguay. En el territorio nacional se comprueba un gradual pero persistente aumento de la temperatura, del nivel del mar y de las lluvias con respecto a comienzos del siglo XX. Los cambios se han hecho notorios en la faja costera, en la ribera de los ríos, en las áreas rurales y en las ciudades. El tema se instaló también en la conversación de la gente, y aquellos que guardan recuerdos de antaño opinan que “el clima ya no es el mismo”.


El grado en que un sistema es susceptible a sufrir daños, y su capacidad de respuesta para atenuar o enfrentar sus consecuencias a través de diferentes estrategias, es lo que llamamos vulnerabilidad.
La vulnerabilidad ante las crisis del clima es desigual.
Las condiciones sociales, económicas, culturales e institucionales en que una población se encuentra antes de la ocurrencia de un evento permiten determinar el grado de dificultad o capacidad para recuperarse por sí mismos
El Informe mundial de Desarrollo Humano 2007-2008 identifica cinco áreas de mayor vulnerabilidad frente al cambio climático: el sector agropecuario y de seguridad alimentaria, los recursos hídricos, las zonas expuestas al aumento del nivel del mar, los ecosistemas y el sector de salud.
Vulnerabilidad en el sector agropecuario
Estudios realizados en Uruguay en las últimas dos décadas sugieren reducciones en los rendimientos de los cultivos a causa de las temperaturas más altas, debidas al acortamiento de la estación de crecimiento y a aumentos en la presión de enfermedades.
Sequías, inundaciones y excesos de agua en el suelo, así como heladas y granizadas, han generado y continuarán generando importantes pérdidas económicas al sector agropecuarias del país. La proyección de mayores eventos extremos implica también prever un aumento del riesgo climático y de sus afectaciones al sector.



Las sequías son recurrentes en Uruguay debido
a la alta variabilidad climática de la región. La
prevención ante un posible aumento de sequías
permitiría minimizar sus impactos.







Vulnerabilidad en la zona costera
En la zona costera están proyectados los mayores impactos por el cambio climático en Uruguay, debido al aumento del nivel medio del mar y a la alta presión de las actividades humanas sobre los recursos naturales de la zona. En este sector, que genera el 70% del producto bruto interno del país, conviven el turismo, la pesca, el transporte marítimo, la forestación, la infraestructura, la industria y las urbanizaciones, con áreas naturales como playas, barrancas y humedales, de alto valor en biodiversidad y funcionalidad ecosistémica.
Además de los costos económicos, la zona costera enfrenta riesgos ambientales de magnitud:
erosión de la costa, proliferación de algas, pérdidade playas, riesgo de inundaciones con aumentos de la descarga de ríos y escorrentías, y otroscomo la intrusión salina y los cambios en la salinidad.
Estas consecuencias podrán impactar en áreas naturales como los humedales, las lagunas costeras y los sitios de cría de aves migratorias, así como en las pesquerías, por los cambios en la posición del frente salino.




 Casa destruida por la acción del mar en Costa Azul, Rocha. No tener en cuenta la dinámica costera en el desarrollo de infraestructuras genera situaciones de riesgo, que aumentarían ante la subida del nivel del mar y la mayor incidencia de mareas de tormenta proyectadas




Vulnerabilidad de los recursos hídricos
Riesgos ambientales
El aumento de precipitaciones, especialmente durante eventos intensos, podría generar mayor
erosión y arrastre de contaminantes. En particular, la combinación de un aporte adicional de materia orgánica y nutrientes, por un lado, y de aumentos de temperatura, por otro, podrían incrementar la ocurrencia de fenómenos de proliferación de algas. Estos fenómenos, que Uruguay ya experimenta en varios de sus embalses y en el Río de la Plata, comprometen la calidad del agua y la salud de los ecosistemas.
Escasez del recurso y generación de energía . La matriz energética uruguaya se compone de un 60% de combustibles fósiles importados, un20% de leña y biomasa y un 20% de energía hidroeléctrica.
En general, la potencia hidroeléctrica instalada alcanzaría a cubrir la demanda eléctrica del país. Sin embargo, la generación depende fuertemente de las condiciones climáticas y de los niveles de precipitación en las cuencas del río Negro y del río Uruguay, como se evidenció durante el año 2004, cuando se debió comprar 29% de la energía eléctrica en Argentina y Brasil. En el año 2006, debido a las condiciones de sequía que se dieron entre el 2005 y mayo del  2007, la generación hidroeléctrica de UTE sólo alcanzó a cubrir un 17%, y Salto Grande un 25% de la demanda.
Impactos en la salud
Las nuevas condiciones climáticas y ambientales podrían generar situaciones propicias para el desarrollo de vectores y agentes causales de nuevas enfermedades en el país, como es el caso del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, si bien no hay estudios específicos al respecto.
Primaveras más lluviosas y más húmedas, por ejemplo, podrían extender las condiciones favorables para la reproducción y cría de mosquitos al alargar la temporada, aumentando el riesgo de exposición de la población. Asimismo, el aumento de los caudales en la cuenca del Río de la lata puede reducir la salinidad de las aguas en zonas de Montevideo y Canelones, aumentandola presencia de patógenos y generando nuevos riesgos sanitarios.
Las localidades más vulnerables a las inundaciones, por otra parte, al ver deterioradas sus condiciones de vida durante el tiempo de exposición al evento podrían estar más expuestas a sufrir enfermedades de transmisión hídrica, como las diarreas o la leptospirosis.
 Estrategias de adaptación
La adaptación al cambio climático, es decir, la adopción de medidas para incrementar la resistencia y reducir los costos a un mínimo, posee una importancia crucial.
En el marco de la elaboración de la Tercera Comunicación Nacional y del PMEGEMA (Programa de Medidas Generales de Mitigación y Adaptación), Uruguay viene promoviendo líneas de acción para impulsar medidas de adaptación en los sectores más vulnerables al cambio climático. Asimismo, como estrategias para reducir la vulnerabilidad del país ante el cambio climático, se avanza en el fortalecimiento de las capacidades nacionales y locales para la gestión de los riesgos climáticos.
Las medidas de adaptación definidas en el PMEGEMA se sintetizan a continuación:
Recursos costeros
- Promover la gestión integrada de la zona costera (GIZC), incluyendo la zonificación y el ordenamiento territorial, la conservación y restauración de los ecosistemas costeros, la coordinación interinstitucional y la integración de ciencia y gestión.
- Establecer un sistema de monitoreo de evolución de oleaje y perfiles de playas.
- Estudiar las áreas costeras degradadas y vulnerables e identificar medidas para detener o revertir el proceso.
Recursos pesqueros
- Monitorear las variables oceanográficas, áreas de cría, distribución y abundancia de recursos pesqueros, episodios de floraciones algales.
- Maricultura de especies afectadas.
- Mayor control de la contaminación.
Recursos hídricos
- Incorporar la variable cambio climático en las obras hidráulicas modificando los estándares
de diseño y seguridad.
- Elaborar programas de educación sobre los recursos hídricos.
- Incorporar el cambio climático en la política nacional de aguas, promoviendo la gestión integrada de los recursos hídricos y tomando la cuenca hidrográfica como unidad de gestión.
Sector agropecuario
- Mejorar bancos de semillas adaptados a los probables escenarios climáticos.
- Promover el manejo sostenible del suelo, incluyendo la siembra directa y otras medidas de conservación de suelos y prácticas de uso  mejoradas.
Biodiversidad
- Monitoreo de cambios en los principales ecosistemas.
- Implementación de planes de gestión de áreas protegidas.
- Diversificación productiva.
Salud
- Información a la población sobre riesgos de enfermedades por el cambio climático.
- Implementación de medidas de vigilancia entomológica para la prevención.
- Creación de un grupo de trabajo interinstitucional de salud y cambio climático.
Para reducir la vulnerabilidad es necesario también desarrollar estrategias que consideren los cambios del clima ya existentes, además de prepararse para los cambios futuros.
Es necesario incorporar a las estrategias el enfoque de Gestión de Riesgos Climáticos, apoyado en tres criterios fundamentales:
reducir incertidumbres, a través de, por ejemplo, pronósticos climáticos que informen sobre la probabilidad de estaciones (o décadas) “favorables”o “desfavorables”; estudios sobre variabilidad climática en sus diversas escalas; herramientaspara optimizar el uso de la información climática, etc.
identificar “intervenciones tecnológicas” que reduzcan la vulnerabilidad a la variabilidad climática (por ejemplo, en el sector agropecuario: diversificación de cultivos, aumento de la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo, mejora en la eficiencia de uso del agua).
identificar “intervenciones de políticas” que permitan reducir o transferir riesgos asociados
al clima (programas de seguros, índices climáticos, créditos diferenciados que estimulen “buenas prácticas”, etc.).
Por último, deben fortalecerse las capacidades para la gestión del riesgo de desastres, a través del fortalecimiento del Sistema Nacional de Emergencias, a nivel nacional, departamental y local, promoviendo el uso de la información sobre riesgos en la prevención, capacitando y educando.

El clima en Uruguay en las próximas décadas

Investigadores nacionales analizaron posibles escenarios climáticos para los próximos 50 años en Uruguay. De estos estudios surge que:


En cuanto a la temperatura, es probable que Uruguay experimente tasas de crecimiento con variaciones de 0,3 a 0,5 ºC para el 2020 y de 1,0 a 2,5 ºC para el 2050.
 
•Las lluvias continuarían su tendencia creciente, aunque a una tasa de aumento menor que la observada.

• En cuanto al nivel del mar, los estudios de escenarios realizados indican que aumentaría entre 5 y 10 cm para la década del 2020 y entre 12 y 20 cm para la década del 2050. Para el 2100 aumentaría entre 40 y 65 cm.


• Los eventos extremos (lluvias y vientos intensos, tormentas y granizadas de gran intensidad, etc.) continuarían en aumento. De acuerdo con las predicciones realizadas a escala glogaly regional, es esperable también un aumento de estos fenómenos tanto en cantidad (frecuencia) como en severidad (intensidad)




 Montevideo, agosto de 2005
Miles de árboles causaron víctimas y daños a
la propiedad, siendo la población más pobre
la más vulnerable.



  

Video filmado en Montevideo en el temporal del día  3 de octubre de 2012.

      SANDRA TECHERA
Fuente de información: Material complementario del Informe Mundial sobre Desarrollo Humano 2007 - 2008. URUGUAY: El cambio climático aquí y ahora

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